martes, 15 de marzo de 2016

Capítulo IX

Estoy pensando si debería ponerme corbata o pajarita. Es la primera vez que voy a cenar con los padres de Sara, y tampoco me ha quedado muy claro si es algo familiar o es de cena de trabajo o algo así.
Me siento bastante mal por el trato que le he dado hoy. La verdad, no sé ni de donde he sacado esa rabia que he usado contra ella. Y pensar que es todo cierto... Porque podría decir que son dudas que todas las parejas tienen, pero en este caso sé que o es así, más que nada porque allá donde voy, si hay gente de nuestra edad, no paran de susurrar y mirarme a escondidas, hasta que me cansé y le pregunté a mi primito que qué demonios pasaba aquí.
Por suerte, lo de antes ha sido todo un susto y ya está descansando en la habitación. Me he quedado con él hasta que se durmió, y mañana tranquilamente, sin agobios, hablaré con él. Quiero saber qué es lo que ha pasado para que terminara casi ahogado en la piscina.
Me observo en el espejo, llevo unos vaqueros oscuros y una camisa blanca, con un toque personal: remangadas hasta el codo y con dos botones desabrochados. Creo que voy a pasar de llevar corbata o pajarita, ¡ni qué fuera mi boda!
La verdad, dudo que lo mío con Sara dure mucho, por lo poco que me contó mi primito, ella se dedica a vivir la vida, y bien que hace, pero si eres de ese tipo de personas no te comprometas. Quizás yo también debí haberme negado a esto, pero desde que pasó lo de mamá he aprendido a disfrutar más de lo que la vida me va dando, de cada detalle... Y no es que esté enamorado hasta las trancas de ella, tampoco es que crea en el amor verdadero, pero me gusta bastante y yo le gusto a ella, y al tener mi mismo pensamiento no tengo problema alguno en que esto vaya a tener problemas en un futuro.
Vale, ahora sí me siento mal por el pollo que le he montado está mañana. Esta noche le diré que lo siento mucho -cosa que es cierta-, y que, si lo prefiere, podemos ser follamigos, o tener una relación liberal, que creo que ahora eso equivale a lo mismo... Bah... Da igual. El caso es que no quiero que me malinterprete.
Estoy echándome un poco de colonia antes de salir cuando mi primo entra a la habitación y se sienta en la cama.
—¿Qué haces?—pregunta.
—Arreglándome. Salgo esta noche.
—Ah... ¿Sara?
—Sep. Se supone que es formal, así que creo que ya estamos bien. Hablaré con ella de todas formas—digo después de pensarlo mejor.
—Ah...
—¿No deberías estar durmiendo? ¿Qué quieres?
—¿Qué piensas de Lucía?
—¿La de las clases?—pregunto mirándole fijamente.
—La misma...
—Que le gustas mucho, pero las formas de tratarte hoy no me han gustado—suspiro, al fin.
—¿Tú crees? —Asiento con la cabeza—. Hoy... Después de todo lo que ha pasado... Creo que también— los dos quedamos en silencio unos instantes, hasta que decide continuar—: Estaba hablándome de otro chico y no he reaccionado bien, se enfadó y acabó confesándome sus sentimientos y... se largó. No sé qué hacer, ¿tú qué harías?
—Buscarla. Eso no hace falta ni pensarlo. Explícale por qué has reaccionado así, cuéntale sobre tus sentimientos. Déjate llevar.
—¿Que me deje llevar?
—Cuanto más lo pienses o más vueltas le des al asunto —la alarma del móvil suena—, peor. Y... tengo que irme ya —digo cogiendo la chaqueta—. Ya me contaras cómo te ha ido. ¡Suerte!—y salgo de la habitación.
La conversación con mi primito rondaba por mi cabeza durante todo el trayecto hasta llegar a casa de Sara. Tengo que hacer lo mismo que él y dejarme llevar. Que todo sea un bonito recuerdo cuando ya no sea real. Ahora estoy más calmado y podremos hablar este tema mejor, Sara solo debe entender que si quiere algo conmigo debe respetarme. Y pedirle perdón por cómo la he tratado, estaba enfadado.
Creo que esta chica me terminara gustando, que empezaré a sentir por ella. Nunca antes me había visto en la situación de perdonar una infidelidad. Mi filosofía de vida es el carpe diem, y cuando se acaba el disfrutar, se acaba el momento, y con ella seguía viviendo el momento. No quiero que esto acabe, al menos, ahora.
Sara estaba esperándome en la puerta, podía verla desde que el momento en que giré la esquina. Lleva puesto un vestido largo de gasa siendo más largo por la parte de atrás. Palabra de honor, amarillo. Su bronceado quedaba al descubierto e intensificado. El pelo le caía a mechones por el rostro. Rubio, resaltando sus castaños ojos.
—Hola—. Me saluda con una sonrisa.
Yo... yo me olvido de cómo hablar. Nunca había visto algo tan hermoso.
—Puedes pasar si quieres—dice después de unos segundos.
—Sí, sí... Estás... ¡Guau!— y la beso. Mis manos se posan en su cuello, atrayéndola hacía mí. Tiene una piel muy suave.
Se aparta de mí. Sonríe.
—Mis padres están en el jardín. Vamos—y hace ademán de que la siga. Esta noche, la seguiría a cualquier parte.
Al acabar la cena, damos un paseo por el barrio. Sin rumbo, acabamos en un mirador que hay al final de la calle.
—Sara...—Comienzo.
—Shh... Disfruta de las vistas—. Me calla, y me giro para poder contemplar el cielo nocturno. Está repleto de estrellas, entre ellas, la constelación de la Osa Mayor junto a una luna menguante.
—Por favor, Sara, déjame hablar—. Gira sobre sí misma y quedamos el uno frente al otro. Sus ojos expresaban preocupación y culpa.
—¿Qué pasa?
—Sara, siento mucho lo de esta tarde. Espero que me perdones. No tenías que haber organizado la cena con tus padres para demostrarme que te importo, lo sé.
»Esta tarde te hablaba consumido por los celos y la angustia de pensar que te podía perder. Pero, es que eran demasiados comentarios y rumores los que habían llegado hasta mí, y únicamente tenía en mi mente la imagen de ti con otro tío. Y eso me superaba. Sé que no te he tratado bien, lo siento mucho, espero que me puedas perdonar algún día, por que el trato de esta tarde no ha sido el correcto. Simplemente, me dejé llevar por las emociones, y no me paré a pensar que la culpa también es mía, en parte.
—Pe...
—Shh... Déjame terminar —digo dulcemente—. La culpa también es mía, por no saber tratarte, por pasarme, quizás no he pasado tiempo suficiente contigo, o te he dejado de lado. Solo sé que esta cena de hoy, no era lo que tenías que haber hecho. Deberías de haberte enfadado conmigo por mi trato hacia ti esta tarde, haberme mandado a la mierda o cualquier cosa así. Deberías de haberte planteado el dejarme; pero no lo has hecho, y eso solo quiere decir una cosa: te importo— la estoy mirando a los ojos, está emocionada—. No sé si me querrás, aún es pronto para que haya sentimientos de por medio, pero yo te puedo asegurar una cosa: siempre voy a estar contigo, ya sea como novio, amigo... lo que tú quieras, pero déjame estar junto a ti. Lo siento.
—Gaby, la culpa también ha sido mía. No me he acostado con nadie, pero sí me he liado con algún que otro chico... Y esta tarde he estado pensando... No te voy a decir que lo dejemos, porque me importas, y mucho, pero quizás empezar de nuevo, o darnos un ultimátum. Al siguiente fallo, sea de quién sea, esto se acaba.
Se lanza sobre mí. La rodeo con mis brazos para acabar sumergidos en un cálido abrazo. Lleno de cariño, ilusión, y quizás un poco de amor.
Son las tres de la mañana y sigo enfrente del ordenador. Desde que Gabriel se fue, no me he separado del tuenti. Y no, Lucía no ha dado señales de vida.
No sé qué hacer. Esto me sobrepasa. No para de recargar la página de inicio por si me llega algún mensaje privado de ella, o por si se conectaba al chat y éste por cualquier motivo se quedaba pillado y no salía ningún contacto nuevo.
Tampoco sabía si debía haberla llamado a lo largo del día. A estas horas ya no puedo. ¿Y si le mando un privado? No puedo, esto deberíamos de hablarlo cara a cara. ¡Y no tengo su número!
Esto parece una película americana y yo el pringado de turno, ¿cómo no he podido darme cuenta? Solo espero que no sea demasiado tarde...
La desesperación me va consumiendo poco a poco. Tengo la opción de pedirle a alguien su número de teléfono y llamarla mañana, o mandarle un sms. ¿Qué puedo hacer?
El sonido del chat suena, alguien se ha conectado. Claro, ¿cómo no había caído antes?
No logro sacarlo de mi mente. El hawaiano con novia, ¿sabría Lu quién era y no se lo quería decir? En ese caso, ¿cuál sería el motivo? Seguro que es porque la conozco...
Vuelta hacia el otro lado de la cama. Hubiese preferido no tener noticias de Lu. ¡Este sms deja mucho que desear! Y no soy capaz de pegar ojo... Probé varias veces a llamarla e insistí otras tantas, pero todas las veces salió que el móvil estaba apagado o fuera de cobertura.
Todo era, y es, muy extraño. ¿Por qué apagaría Lu su móvil? No le encuentro el sentido a nada... El sms, la información ocultada —porque la había, de eso estoy totalmente segura—, el móvil apagado... Aquí hay gato encerrado.
Quizás Lu solo quiere protegerme, y por eso no me dice nada, ¿de qué serviría saber quién es? Y aunque lo supiera, ¿es que voy a interponerme entre ellos por un fin de semana que me queda por pasar allí? No, no merece la pena. Lo mejor es que deje de darle vueltas a la cabeza y resignarme.
¿Cómo puedo resignarme? El hawaiano ha sido el único chico hasta el momento que me ha hecho olvidarme de Nico. A ver, lógicamente no estoy enamorada de él ni nada por el estilo, pero es que es tan misterioso y todo tan romántico: la playa, el misterio que lo envuelve... Suspiro.
Vuelta hacia el otro lado. Una cosa tengo clara, y es que esta noche no voy a dormir nada. ¿Qué puedo hacer? Vuelta al mismo lado que antes. Tengo el portátil en frente de mí.
Son las tres pasadas cuando me conecto a tuenti. No tengo ninguna notificación. Solo ha pasado una hora desde que me conecté, es normal. El sonido del chat suena, ¿Lu?
Francis: Hola!
Yo: ola
Francis: Oye, no se si has hablado con Lucia.. pero no se na de ella, tu?
Yo: pues.. no muxo, x? a pasado algo?
Francis: pues.. el otro dia hablando de un chico.. me confeso que le gustaba y q no me habia dado cuenta.. por q yo pensaba que a ella le gustaba ese chico.. y desde entonces no hemos hablado.. =S
¡Claro! Eso explicaba el sms, seguro que Lucía le habló del hawaiano intentando sacarle información, él la malinterpretó, por lo que Lucía saltó, seguro se enfadó y le confesó que era él quién le gustaba. Tengo que hablar con ella.
Yo: ah ya.. wno, e intentao llamarla xo no me lo a cogido. mñana la llamo..
Francis: Ahh
Yo: aora ella necesita su espacio, es mejor q no la agobies, azme caso. qndo ella ste lista te buscara.. o dara señales d vida
Francis: Es q.. yo no sirvo para esto.. incluso mi primo se dio cuenta..
Yo: tranqilo, ya se calamara, ella es asi..
Francis: =S
Yo: mñana la llamo, xo mno le durara muxo, tu le gustas muxo Francis..
Francis: No lo se.. Se fue muy cabrada..
Yo: es normal.. ella es asi, explota con na.. y es normal enfadarse con algo asi.. k te digan k t gusta otro el xiko k te gusta.. jode..
Francis: Gracias :)
Yo: wno m voy, tngo sueño, trankilo, mñna t cuento xaoo
Francis: Adios :*
Antes de que me vaya mañana, tengo que hablar con Lu. Espero que ya se le haya pasado y tenga el móvil encendido...
Después de una noche más despierta que dormida, donde el sueño me fue rebatado desde el momento que me tumbé en la cama, ha amanecido.
No quiero saber nada de nadie. Hoy tengo suerte, mi madre está trabajando y estaré sola todo el día.
Me estirazo, tengo los músculos engarrotados. Venga, Lucía, hoy es un nuevo día.
Ni yo me lo creo...
No quiero abrir los ojos, no quiero encender el móvil, no quiero hacer nada. Quedarme en la cama parece un buen plan. ¿Estoy exagerando? Puede, suelo hacerlo, pero no me importa.
Estoy exagerando. Y no es una pregunta, es una afirmación. Me pasé un poco con Francis, él nunca ha tenido relaciones, pero... ¿tan poco se nota lo que siento por él?
¿Debo ser yo la que lo busque? ¿Tengo que ser yo la que lleve la iniciativa y pedirle perdón?
No quiero pensar. No me apetece. Pero debería volver a la comunicación. Cojo el móvil. Sin batería. ¿De verdad tengo que levantarme de la cama para coger el portátil? Vaga como yo misma, me levanto hasta llegar al escritorio.
Antes de entrar en tuenti prefiero mirar Twitter. No tengo ninguna novedad, tampoco es que lo utilice mucho. Busco alguna tendencia que me anime, algo gracioso, como "pelis con tortilla" o cualquier cosa de ese estilo, pero nada.
Estoy atenta a que tuenti se conecte, quiero cancelar la conexión al chat antes de que nadie pueda verme conectada. Aún no quiero contacto con nadie. Pero no necesito cancelarlo, aunque lo hago, ya que tengo varios privados.
Layla 7 de Ago, 10:37
He hablado con Cris, espero que no te importe. Si no das señales de vida, irá en busca tuya después de comer.
Layla 7 de Ago, 10:23
Hola! Anoche hablé con Francis y me aclaró algunas cosas..
Lo siento, por mi culpa de querer saber sobre “el hawaiano” te has peleado con Francis. Pero tengo que decirte que lo tienes loquito. Está suuuuuuuuuuuuuuuuuper preocupado, me dijo que quería hablar contigo, pero yo le dije que no te agobiara.. que ya lo buscarías tú.
Lu.. ese chaval merece la pena, se nota que le importas.. No lo dejes escapar!
Sé que a una no le sienta bien la insinuación de que te gusta otro.. pero no lo hizo con mala intención, me dijo que no se había dado cuenta de que le gustas..
Deja que pase unos días y llámalo, vale?
Te llamaría por teléfono, pero me voy al pueblo de mi abuela de fiestas, creo que es la mejor forma de poder olvidarme un poco de “el hawaiano”. Me gustaría que me dijeras quién es esa chica.. tu sms me dejó muy preocupada y deja mucho que desear.
Ya hablaremos con más calma cuando vuelva.
Piénsate lo de Francis, eh? Vale la pena.
TeeQuiiiero <3
No me apetece contestarle. Qué piense sobre Francis... ¡Si no dejo de hacerlo! Y para colmo, Cris aparecerá en algún momento... No puedo decirle que es Sara la pareja del hawaiano...
Tengo que pensar en muchas cosas, y se va al pueblo de su abuela, eso me da un margen para poder contestarle el privado. Hago click en inicio. Un nuevo privado.
Cris 7 de Ago, 11:24
Sé que estás en Tuenti, tú última visita es de hace “unos segundos”.
Puedes conectarte? O llámame! Pero tenemos que hablar, ok?
Un kiss.
No, no quiero. Quiero que me dejéis tranquila. Necesito helado, y un cigarro.
13.47 cuando decido, por fin, conectarme al chat.
Yo: Cris, he tomado una decisión.

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