No podía ser él, ¿verdad? No
podía... ¿Con Sara? Lucía no salía de su asombro. A cualquiera
que se lo contara no se lo creería. Era imposible.
Lo único que se le ocurría para poder
confirmar aquella locura era llegar a casa-mansión de Francis antes
que él, para corroborar con que él llegaría más tarde y con ese
bañador. No le quedaba de otra. Pobre Layla, pensó, que él
prefiriera a Sara la iba destrozar.
Siguió el camino que utilizó Sara
unos segundos antes para salir e ir por la calle principal y no
toparse con él. Solo le quedaba correr.
Exhausta, tocó al portero y esperó.
Francis salió de su casa y se dirigió hacía la cancela para
abrirle.
Los dos primeros días, ella tocaba al
portero y una voz le contestaba, haciéndole pasar dentro, pero como
las clases iban a ser todas las tardes, Francis optó por recibirla
él directamente.
-Hola. - Saludó mientras abría la
cancela.
-Hola.
-¿Por qué vienes hoy así?
-Ehh... es que... había ahí atrás
unos tipos que no me han dado buena espina... y.... por si acaso...
eché a correr... nunca se sabe...
-Pediré un vaso de agua para ti.
-Ge..nial. - Logró decir. Normalmente
no hubiera aceptado nada, ni aun que fuera una gota de agua, no era
capaz ya que las clases eran gratis, y eso a ella no le hacía mucha
gracia. Pero hoy lo necesitaba, pero esperaba que aquella carrera
sirviera para algo, esperaba haber llegado antes que él.
Francis apareció nuevamente por el
patio.
-Ahora traen una jarra de agua para ti.
Sentemosnos mientras y empezamos, si quieres...
-Claro, claro. - Se dirigieron hacía
la mesa del jardín. - Oye, ¿estás solo? - De hoy no pasaba, hoy
tenía que saberlo todo acerca de su primo.
-No, mi madre está dentro.
-Ahh...
-Comencemos por donde lo dejamos ayer,
¿vale?
-Sí, vale. - En estos días habían
dado suma y restas, divisiones y multiplicaciones, junto con todas
las propiedades de los números: enteros, reales etc. y las
fracciones, hoy tocaba el álgebra.
-Se suelen coger como incógnitas la
letra x e y, al igual que la a y la b. Para resolver ecuaciones se
despeja. Las ecuaciones se dividen en dos miembros, separados por el
signo igual. - Mientras explicaba todo esto, escribió una ecuación
sencilla, x+2=5, y le señaló los miembros. - Para despejar, hay que
dejar la incógnita, es decir, la letra, sola en un miembro. Y eso se
hace pasando el número que la acompaña al otro miembro, pasándolo
con la operación contraria, es decir, de la suma lo contrario es la
resta, y de la multiplicación lo es la división, y viceversa.
¿Sabrías hacerla?
Lucía le quitó el lápiz y despejó
la x, quedando la ecuación en x=5-2=3
-Que sacará unos y dos en los
exámenes, no quiere decir que me tengas que enseñar todo como si
jamás hubiera visto un ecuación. Creo que las cosas básicas las
sé. - Dijo todo esto intentado mostrarse amable, un poco burlona por
que él creyera que no sabía de las existencias de las ecuaciones,
pero sin animo de ofender. La verdad era que en estos días no habían
avanzado mucho, pero era por que ella preguntaba mucho para poder
escuchar su voz, pero se dijo a sí misma que eso debía de acabar
ya, que quedaba un mes de verano y debía de aprovecharlo, ya que se
le daba esa oportunidad.
-Vale, ¿qué sabes de álgebra?
-Pues... hacer ecuaciones de primer
grado, sistema de ecuaciones con dos incógnitas, y creo que ya está.
-Vale... Pues hoy daremos entonces
ecuaciones de segundo grado y más, y el método de Gauss. Pero
antes, hazme estos sistemas de ecuaciones y repasamos, por los tres
métodos, ¿eh?
En ese momento llegó una mujer muy
atractiva y elegante con una bandeja que contenía una jarra de agua
y dos vasos, y a la vez llegó su primo.
-Hola chicos. Gabriel, me alegro de
verte, ¿qué haces aquí tan pronto?
-Cambio de planes, tita. Me quedo aquí
toda la tarde. - Y se alejó con su bañador azul confirmando todo lo
que Lucía había descubierto.
-Como quieras, cariño. Y vosotros,
¿cómo lleváis la tarde? - Y puso la bandeja en la mesa mientras
nos servía el agua. La madre de Francis, o eso suponía Lucía por
la elegancia de la mujer y la manera de tratar a Gabriel.
-Bien, mejor de lo que pensaba, resulta
que Lucía sabe más de lo que esperaba.
Su madre rió, pero era una risa dulce.
-Bueno, espero que sirva de algo, ya
que tienes a mi niño todas las tardes ocupado. Espero que sea buena
influencia para ti y tú para él, ¿eh? - Dijo esto último
refiriéndose a Lucía.
-Sí, sí... su hijo enseña muy bien
las matemáticas.
-Espero que te sirva. Bueno, no os
entretengo más, estudiar mucho. Adiós, y encantada Lucía. - Y se
alejó hacia la casa.
buenas. bonito blog.
ResponderEliminarpasaba a leer algo y cuando he acabado me he dado cuenta de que era el capitulo 9 :(
creo qeu buscare el primero.
en fin, nos vemos
jace : )
A la derecha de la página se encuentran todos los capítulos. Me alegro de que te guste.
EliminarUn beso =)